Bernardo se encuentra tranquilo en su taller pintando cuando entra su mujer y lo soprende con su visita. Parece una escena normal, pero la trama yace en que su mujer no está viva y él la está imaginando. Bernardo tiene sentimientos encontrados; le agrada verla porque la ama, pero teme estar volviéndose loco. Las apariciones de su difunta mujer se están haciendo cada vez más frecuentes y el comunicado de que se va a quedar a vivir junto a él para siempre lo altera descontroladamente. El significado de que ella venga a quedarse para siempre es el símbolo de que su locura se instaurará, ya que el es consciente de que no puede estar imaginándose a su eposa. Una historia donde los sentimientos y los cambios de humor toman un papel crucial y el quiebre de Bernardo donde queda devastado sorprende rotundamente.